Les voy a hacer confesiones personales acerca de un corazón pastoral. Y no tienen por qué estar de acuerdo conmigo.
- Los Pastores tenemos que predicar de verdades que son más grandes que nosotros y por encima de lo que hayamos logrado alcanzar. Y absolutamente nadie, puede vivir a la altura de esas formidables verdades todo el tiempo, en todo lugar y en forma perfecta en toda circunstancia.
Y eso nos hace sentir abrumados en ocasiones, cuando debemos predicar un mensaje cuyo tema identifica nuestra propia debilidad e imperfección.
- Un pastor sabrá que está solo, no importa cuánto amor le profesan muchos. Porque un pastor con experiencia sabe, que sabe...que
a- Algunos no lo aman a él....aman lo que él les da. Y ese amor se irá de fuga...cuando entienden que ya no dará...lo que les daba.
b- Otros lo aman una temporada. Pero cuando descubren la humanidad o el vaso de barro de ese Pastor. Se marchan con la agenda de "Desnudar" a los 4 vientos lo que "creen saber" de ese pastor, sin importar el tiempo que el dedicó en cada consejerÃa, en cada mensaje y enseñanza, y en cada intercesión por ellos cuando lo necesitaron.
c- Sabe también, que la mayor parte de la gente no le dejarán ser un "ser humano común y corriente", porque siempre tendrán expectativas por encima de las posibilidades y en ocasiones de las realidades.
d- Conoce cuán cruel y sádica puede ser la gente cuando un pastor "muerde el polvo" con un fracaso o caÃda personal. hay demasiada gente que espera para ellos una misericordia...Que no devolverán cuando les toque otorgarla.
- Un Pastor conoce muy bien que Dios perdona rápido....Pero la gente no. Por eso también sabe que la gente recuerda más a Pedro por su negación, que por los milagros que realizó.
- Sabe que la ruta hacia re encontrarse con la integridad, no es estorbada por Dios...pero sà por los demás. Unos que lo "Desterrarán" para siempre de sus cÃrculos.
Otros evitarán a toda costa que lo asocien con el "leproso". Algunos no soltarán nunca la piedra en la mano. Otros serán amigos en secreto pero nunca pondrán un retrato con él en el "Face".
Desánimo, frustración, soledad, confusión, depresión, fatiga emocional, desconcierto, impaciencia, culpa, vergüenza, miedo, nostalgia. Estas NO son emociones ajenas al corazón pastoral.
Y aunque esté inundado por alguna o varias de esas emociones, el Pastor se presentará el domingo en su púlpito, a dar "El Pan" a sus hijos, con la misma carismática sonrisa de siempre.
Te entiendo hermano Pastor.
Yo también vivà una temporada donde comprometà la integridad. Conocà lo que era caminar con el carácter fracturado y el manto manchado. He conocido lo que sentiste cuando la vergüenza y la culpa se hizo el postre de todos y en todo lugar..
Fui absolutamente culpable y responsable de todas y cada una de mis decisiones. Buenas...y malas.
Y he vivido en carne propia todo lo que describÃ....¡Y mucho más!
Ha sido duro y rudo el camino para recobrar la integridad. Pero también testifico que conocà a Dios como nunca lo habÃa conocido. Y a los hombres como nunca los imaginé.
Que me fue revelado un mundo ministerial majestuoso, cargado de revelaciones y lleno de manifestaciones. Aprendiendo de paso que no es lo mismo "Hacer iglesia" que "Hacer Reino".
Que muchos compañeros del ministerio reconocen el fruto de aprobación de Dios....Pero temen a la reacción de otros ministros al mismo tiempo también. Y que por eso les gana la pelea....más veces lo segundo....que lo primero.
0 comentarios