Siempre he sido consiente que el hombre, en su condición de ser caído, no puede acercarse o buscar a Dios a no ser como respuesta a un llamado de su creador. Este llamado se origina en el corazón de Dios y nada tiene que ver con el proceder del hombre, es una absoluta y soberana decisión de Dios. Esto no es más que GRACIA y la Gracia no es más que amor en acción. Ese amor en acción, es el motor de mi vida y la razón de este ministerio y este espacio en la web.
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