ENSEÑANZA VIDA EN EL REINO

PRIMERO LO PRIMERO

3:30Carlos C


“Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos, y para que vivamos como él quiere. Dios nos dio todo eso cuando nos hizo conocer a Jesucristo. Por medio de él nos eligió para que seamos parte de su reino maravilloso” (2 Pedro 1.3, TLA). 
“Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura” (1 Corintios 1.23). 
Me hace feliz comenzar cada mensaje diciendo: “Yo no tengo nada que ustedes necesiten”. ¡Es cierto! Si usted tiene a Cristo, entonces yo no tengo nada que usted necesite. Pablo dice en Colosenses 1.28 “A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él”[1] (NVI). Y luego en 2.10 reafirma: “Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”. ¿Está usted en Cristo? ¿Está usted completo? Si es así, ¿qué he de agregar yo entonces a esa plenitud? Quizá pueda pasar un tiempo explicando lo que significa estar completo en Él, pero no tengo nada para dar en la manera de un agregado. El discipulado celestial reconoce que los creyentes están completos en Cristo.
           Sabemos que en la publicidad es necesario un “gancho” para hacer que un producto sea atractivo, destacarlo de otros y aun convertirlo en un objeto codiciado. Lamentablemente, la fe cristiana se ha convertido en un producto. Parecieran existir innumerables marcas que compiten entre sí, cada una con su “gancho” que suena agradable pero que es exaltado por sobre la persona de Cristo. Algunos viajan alrededor del mundo, a fin de plantar sus pies en la tierra de un lugar por el cual deben orar, algunos saben griego, algunos han experimentado la tan ansiada solución instantánea y otros han tenido experiencias increíbles. Muchas de estas cosas pueden revelarse en un creyente cuando está completo en Cristo, pero no lo hacen especial ni más completo. Poseer algo especial y luego resaltarlo como una norma para la fe es un ejemplo de predicación piramidal, en la cual alguien se posiciona en el vértice superior de la pirámide, mira con desdén a las masas de creyentes inferiores y los alienta a ser como él, mientras destaca continuamente su propia superioridad y la inferioridad de ellos en cuanto a la fe. Los predicadores piramidales nos dejan exhaustos.
           Si usted es el más humilde de los creyentes, un recién convertido, alguien que nunca tuvo una experiencia emocional, una persona que ha confiado en Dios para su salud o la salud de un ser amado y se ha visto decepcionado, quiero decirle: “Usted está completo en Cristo”. El día que lo aceptó, usted se situó en la cúspide de la pirámide; nadie tiene algo que usted necesite, porque usted lo tiene todo en Él.
           No se deje llevar por el deseo de ser carnal. La fe es el mayor honor que podemos conferirle a Dios –mayor que la experiencia, la oración o que las acciones “increíbles”– y es todo lo que tenemos para dar. Los milagros que edifican la fe tienen sus raíces en la incredulidad. Los genuinos milagros son el resultado de la fe e incluyen cosas tales como amar a un enemigo, mantenerse firme en las circunstancias adversas y el saber que estamos completos en Él. Si lo espectacular sucede dentro del contexto de la fe, entonces alabe a Dios. La fe genuina dedica más tiempo a promover a Cristo que a destacar lo espectacular que procede de Él. 
           ¡Regocíjese en la fe! Usted está completo o completa en Cristo, y en Él, usted está siempre en mejores condiciones de lo que sentía o pensaba que estaba.
 M.WELLS

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1 comentarios

  1. Gracias hermano por tan excelente labor, es de gran bendición para mi vida, sigan adelante por favor. Dios lo bendiga grandemente.

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