En California (EE.UU. de A.) en medio de las
plantaciones se encuentran extensos viñedos que son anegados en el tiempo
adecuado, se tratan con fertilizantes y plaguicidas, y se les brindan muchos
cuidados especiales. Eso asegura una enorme producción de uvas, la cual permite
obtener un vino que cuesta alrededor de siete dólares la botella. Pero cada
viñedo tiene también sectores en los cuales hay vides muy especiales, que
sufrieron heladas casi mortales antes de ser plantadas y a las cuales,
posteriormente, se les niega el agua y los fertilizantes; estas vides están
bajo constante vigilancia, para mantenerlas en el lÃmite entre la vida y la muerte.
El resultado son unas uvas muy pequeñas, que por haber soportado condiciones
tan rigurosas, tienen un sabor y una fragancia tales que suelen producir el
vino más costoso, a veces en el orden de los doscientos dólares por botella.
Muchos creyentes son candidatos a convertirse en uvas maduradas bajo
condiciones rigurosas, y deben someterse voluntariamente y con gozo al Viñador.
Job observó a otros que creÃan en Dios (vides de gran tamaño) y se cuestionó
acerca de lo fácil que era la vida de ellos. TenÃan menos problemas, no habÃan
sufrido pérdidas como las suyas y, aun asÃ, producÃan mucho fruto. Sin embargo,
no era un fruto de doscientos dólares. Las uvas maduradas bajo condiciones
rigurosas necesitan mayor atención, de modo que si usted es una de ellas,
¡recuerde que Dios tiene sus ojos puestos sobre su vida de una manera especial!
M.WELLS
M.WELLS
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