ENSEÑANZA VIDA EN EL REINO

LA FE ES SIMPLE

6:04Carlos C



           “Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre” (1 Juan 2.12).
           “Ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados” (1 Juan 2.28).
           “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4.4).  “Hijitos, guardaos de los ídolos” (1 Juan 5.21).
           A menudo recibo comentarios como el siguiente. “Esa es una simplificación; la respuesta es demasiado simple. Usted aborda un problema complejo en forma simplista”. ¡Espero que así sea! Quiero ser simple, sencillo. Todo lo que Jesús enseñó concerniente a la vida fue simple. De hecho, Él tomó lo que era complicado y lo hizo simple. Sin embargo, cuando uno quiere presentar la vida cristiana como algo simple, los creyentes son los primeros en gritar: “Error”, “Frivolidad”, “Ignorancia”. ¿Por qué? La respuesta es que la simplicidad requiere fe, en tanto que un concepto incrédulo de la vida requiere comprensión racional. Si el ser humano puede mantener el ídolo de la comprensión racional, puede mantener la incredulidad. Siempre será necesaria otra “realidad indiscutible” antes de realizar alguna acción. La interminable persecución del conocimiento permite evitar la acción que se haría necesaria si se llegara a la comprensión propuesta. El creyente incrédulo nunca tiene la intención de actuar.
Cuando ministramos a creyentes desalentados, lo que se necesita no es una respuesta complicada; sin embargo, una respuesta simple requiere fe, precisamente lo que falta a la persona derrotada. En consecuencia, es importante no hacer de la comprensión racional la finalidad del discipulado, sino un punto de inicio para llevar a las personas a la fe. No importa cuán elocuentemente sea presentada la información, la clave de todo está en la fe. Si quitamos de la enseñanza el aspecto de la fe, estamos quitando a Cristo mismo. Toda acción debe surgir de la fuente de nuestra fe y creencia en Él. El secreto es que cuando somos creyentes incrédulos podemos pedir a Jesús que nos ayude en nuestra incredulidad, y en ese momento todas las fuerzas del cielo y la tierra nos respaldarán y nos empujarán hacia adelante para vivir con fe, creyendo.
Yo debo vivir con la simplicidad, la libertad, el gozo y la canción del gorrión. En realidad he sido hecho para esa clase de vida, ya que cualquier otra cosa me agota. Afortunadamente, existe solamente una clave para el éxito al ser como un gorrión: ¡yo no siembro, solamente siego! Si un gorrión fuese responsable de proveer su propio sustento, lo que veríamos sería un desastroso manojo de nervios revoloteando de aquí para allá, no el sencillo pajarillo que canta tan dulcemente cada mañana, que soporta todas las tormentas y cuya vida me predica acerca de la provisión, el descanso y el amor de un Padre celestial. El gorrión tiene un Dios y yo también. ¡Es mi derecho de nacimiento! Debo vivir como un gorrión.




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