Hechos 17.28 dice que “[…] en él
vivimos, nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también
han dicho: ‘Porque linaje suyo somos’”.
A uno de mis amigos le preguntaron en qué lugar
estaba con el Señor. “Estoy en Denver”, respondió. Todos nos reímos, pero lo
que él dijo era la pura verdad. A menudo me preguntan cuánto tiempo paso cada
día con el Señor. Es un falso concepto pensar que estamos pasando tiempo con el
Señor y de esa manera confinando su presencia a un tiempo y un lugar. Es mucho
más preciso decir que estamos pasando tiempo en el Señor. ¡Este es un gran secreto! La presencia de Dios no es
algo que debemos buscar esforzadamente. Salmos 139.7 dice: “¿A dónde me iré de
tu espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?”. La presencia de Dios es
simplemente algo que reconocemos por fe. Yo vivo en su presencia, disfruto de
su presencia y Él está eternamente cerca, tan cerca como las palabras en mi
boca. ¡Hoy, todo el día, usted está en Él!
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