ENSEÑANZA VIDA EN EL REINO

LA MALA SUERTE

5:09Carlos C

 


“[...] el que se gloría, gloríese en el Señor”. (1 Corintios 1.31; 2 Corintios 10.17)

Supongo que en diversas oportunidades ustedes recibieron tarjetas navideñas de sus amigos. Una que nosotros recibimos la Navidad pasada decía así:

“Queridos amigos: 
Los últimos estudios que le realizaron a Juan demostraron que es, sin lugar a dudas, un genio. Ya sabíamos que lo era, porque a los dos años de edad ya leía textos de un nivel de sexto grado. De paso, les contamos que con el aumento que recibió Tomás como resultado de su ascenso pudimos comprar una casa más grande. Es hermosa. Durante este año que pasó pudimos viajar por gran parte de Europa...” bla, bla, bla...

También recibimos otra tarjeta, con el siguiente mensaje: 
“Queridos amigos:
Este ha sido otro año de milagros cuya única explicación es la bondad y fidelidad de Dios. Como saben, nuestra hija que tiene Síndrome de Dawn nunca iba a poder aprender a leer ni escribir; pero gracias a las oraciones de ustedes y como resultado de muchas horas de trabajo, ahora lee textos de un nivel de segundo grado.
¡Qué bueno es el Señor! Marcos perdió su empleo, pero nuestra expectativa está puesta en la manera en que Dios se mostrará como nuestro proveedor. Viendo todo lo que ha hecho por nosotros; ¿cómo podríamos no confiar en Él ahora? Hace unos días, mientras observaba a un gorrión que cantaba después de una tormenta, Dios habló a mi corazón:
‘Así cantarás tú después que pase esta tormenta’”.

Mi pregunta es: ¿Cuál familia fue bendecida? ¿Cuál familia nos habla de Dios? ¿Cuál sintió al Señor muy cerca de ellos? Dos pensamientos vinieron a mi mente cuando leí las tarjetas.
 Primero: ¿Es algo malo una discapacidad mental o la pérdida de un empleo? Lo que nos parece malo a nosotros puede ser bueno para el Señor. Segundo: Muchos se quedan con la sensación que han sido maldecidos debido a que tienen un hijo que es rebelde o que sufren una discapacidad, porque hacen lugar a las comparaciones. El propósito de todos los sucesos acaecidos durante este año, hayan sido “buenos” o “malos” según nuestra percepción, fue llevarnos a los pies del Padre, el único lugar donde se recibe bendición. El hijo inteligente es un regalo de Dios, pero ¿en cuántos casos recibe Dios la gloria? Toda jactancia debe ser en Él. El hijo discapacitado es un regalo de Dios; una vez más, nos gloriamos en Dios únicamente. No es posible recalcar lo suficiente que los cristianos no debemos permitir que otros definan por nosotros lo que es el éxito. Por el contrario, debemos permitir que la relación que se edifica con nuestro Señor por medio de lo que percibimos con nuestra limitada comprensión sea lo bueno y lo malo que define el éxito. Y siempre debemos gloriarnos en el Señor. 

 M.WELLS

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